La razón principal de la vulnerabilidad que representan las personas con enfermedades
mentales en nuestra sociedad, tiene que ver con la discriminación hacia estas
personas por parte de la población.
Existe un profundo grado de ignorancia e
incapacidad con respecto al tema, por parte de personas que no comprenden la
dependencia intelectual, emocional y social de las personas con enfermedades mentales. Sin embargo,
cada día son más los que alzan su voz en defensa de ellos y sus familiares.
No hay salud física
sin salud mental
Las políticas de salud no deberían estar definidas
exclusivamente por las enfermedades físicas. A escala global, existe una gran
cantidad de recursos destinados a atender particularmente estos problemas,
dejando una brecha increíblemente grande con respecto a la atención de las
personas con enfermedades mentales y
su vulnerabilidad. Sin embargo, el
principal mal es la enfermedad cultural de la sociedad, que aún mantiene activa
la discriminación hacia las personas con trastornos mentales.
En el caso de los países subdesarrollados, la idea de una
menor inversión en materia de salud psiquiátrica se refuerza. A pesar de los
avances de la neurociencia en materia de trastornos mentales, realmente no
existe hasta la fecha una respuesta coherente ante este tipo de problemas. La
salud psiquiátrica se encuentra actualmente en una encrucijada política y
moral, ya que los tratamientos que se realizan hoy en día, no se diferencian
mucho de los empleados hace más de medio siglo.
No solo se trata de la necesidad de una ampliación en los
recursos y el financiamiento para la salud psiquiátrica, cuyo endeble
funcionamiento es conocido en todo el mundo. Las razones de los políticos son
muchas, entre ellas, el impacto que tendría la inversión de una mayor cantidad
de recursos en la economía de la sociedad. Cada burla, cada show, cada discurso
político cuenta. Todo contribuye al encierro de las personas con enfermedades mentales.
Su vulnerabilidad es obvia, pero el silencio de la sociedad
no debe serlo. Debemos estar conscientes del grave problema que representa el
rechazo y la discriminación hacia las personas con esta condición. Más allá de
ser el producto de cualquier actividad dentro de la comunidad o trabajo social,
la salud mental es un problema que nos afecta a todos.
El conjunto social es la verdadera razón de la sociedad, y en este sentido, los demás puntos de la sociedad, como la educación, el trabajo y las relaciones interpersonales, no deben darse bajo un contexto discriminativo.
El conjunto social es la verdadera razón de la sociedad, y en este sentido, los demás puntos de la sociedad, como la educación, el trabajo y las relaciones interpersonales, no deben darse bajo un contexto discriminativo.